Mi pareja siempre ha sido un poco como una carta salvaje, constantemente anhelando nuevas experiencias y empujando los límites de nuestra relación sexual.En una noche reciente con algunos amigos, tropezó con una oportunidad tentadora que despertó su interés - una oportunidad para explorar sus deseos más profundos conmigo, su confidente de confianza.Como entusiasta del fitness, mi pareja no es ajena al mundo de la dominación atlética.Siempre se sintió intrigado por la idea de ser el objeto de alguien elses deseo, y cuando regresamos a casa, no perdió tiempo en poner en acción su plan.Con una mueca pícara en su ojo, me instruyó a asumir el papel de una pareja dominante, una tarea que estaba más que dispuesta a emprender.El encuentro resultante fue un viaje salvaje de juego fetichista, exhibicionismo y dominación financiera, dejándonos a ambos completamente satisfechos y ansiosos por más.